Ruta en coche por el Midi Pyrenee desde Albi y por las Bastidas Albigenses.
Castelnau de Montmiral, Puycelci, Bruniquel, Penne, Cordes sur Ciel, Monesties y Albi.
Día que íbamos a ocupar en visitar algunas importantes bastidas «Albigenses». Desayunamos de forma genial sobre las nueve de la mañana ,esta vez con dos parejas de franceses. Brioches, croissants, bizcochos , pastelillos de chocolate y un muy buen pan contribuyeron a la toma de energías para casi el resto del día.
138 km
Castelnau de Montmiral. 31 km
Puycelci. 12 km
Bruniquel. 12 km
Penne. 10 km
Cordes Sur Ciel. 31,3 km
Monesties. 16 km
Albi. 21,6 km
En la época de la represión contra los cátaros, de la cruzada contra los Albigeois (s.XIII), las bastidas y los “castelnaux” comienzan a aparecer en lugares hasta entonces deshabitados.
El gran crecimiento demográfico y económico incitó a los condes de Toulouse a crear nuevos asentamientos. Estos se caracterizaron por su organización urbana cuadricular, gozaron de la protección de las autoridades y se beneficiaron de una fiscalidad específica. El día a día se desarrollaba en torno a la plaza central y la “halle”, donde se realizaban las transacciones comerciales y se trataban los asuntos públicos.
Esta zona del Tarm la llaman también la Petite Toscane por el parecido de las suaves ondulaciones de sus colinas, con muchas de estas bastidas encaramadas en las cimas de escarpadas colinas.
CASTELNAU DE MONTMIRAL
Pueblo con recinto amurallado y situado en la cima de una elevación que en tiempos se convirtió en una fortaleza casi inexpugnable.
Aspecto medieval en todos sus rincones, casas , fachadas y calles empedradas. Especialmente bella su plaza de soportales y numerosos arcos o arcadas y llamada como no puede ser de otro modo Plaza de las Arcades.
Importante es su iglesia, Notre-Dame de l’Assomption del siglo XV y el tesoro de orfebrería religiosa que reposa en su interior, la cruz relicario de los condes de Armagnac del siglo XII y que dicen cuenta con 300 piedras preciosas.
PUYCELCI
Puycelci nos gustó incluso algo más que Castelnau y se trata también de una bastida encaramada en la cima de una colina, totalmente amurallada que dispone de puertas y torreones fortificados
Casas de piedra algunas y otras con entramados de madera y un aspecto muy cuidado de la población con mucha vegetación y flores, hizo que respirásemos un ambiente especial en este pueblo.
BRUNIQUEL
También incluido en la clasificación de pueblos más bellos de Francia, no decepciona. Cuenta con un fantástico castillo.
Un detalle que en estos pueblos nos llamó mucho la atención, pero especialmente en Bruniquel es que sus estrechas calles rebosan vegetación y flores, que en combinación con las fachadas y antiguas mansiones de piedra crean un ambiente de lo más atrayente y agradable.
Importante riqueza cultural e histórica, con atractivos como su casco antiguo, centenarias casas de piedra, mansiones de exquisita decoración y calles medievales que te hacen viajar en el tiempo.
PENNE
Este pueblo se extiende en una elevada formación rocosa que domina unas gargantas sobre el río Aveyron y está dominado por las ruinas de su castillo al que llevan las sinuosas callejuelas del pueblo. Fortificado y amurallado conserva su aspecto antiguo, conservado de forma natural.
CORDES SUR CIEL
Llegamos a uno de los pueblos estrella de este viaje, Cordes-sur-Ciel, municipio medieval ubicado la cima de una colina.
Es una auténtica joya extraordinariamente bien conservada, rodeada de cuatro murallas que protegen las estrechas calles de la población.
Una de las más antiguas villas fortificadas de Midi-Pyrénée, una de esas ciudades cuyo florecimiento marcó la región durante la Edad Media y que fue fundada en 1222 por Raimond VII, conde de Toulouse, que deseaba erigir un bastión contra el avance de las tropas enviadas desde el norte de Francia para acabar con los cátaros.
La subida hasta la parte alta de la ciudad por una empinada calle principal, casi única que nos lleva hasta los edificios principales, plaza e iglesias de la población. En esta subida el asombro y la sorpresa, por lo que nos encontramos, nos acompañó casi de forma continua.
Al tener que superar cuatro murallas nos encontramos con por lo menos otras tantas puertas de acceso.
Ya en la parte alta se aprecia como Cordes se convierte en un ejemplo de ciudad Gótica porque rápidamente y después de su fundación experimentó una gran prosperidad gracias al comercio de paños, sedas y pieles y en los siglos XIII y XIV .
Los comerciantes y los nobles edificaron lujosas residencias como la Maison du Grand Ecuyer, Maison du Grand Veneur, Maison du Grand Fauconnier y otros palacios góticos que dotan de singular belleza a las calles de este pueblo.
Además hay varias leyendas y misterios en la parte alta de la ciudad tales como un pozo de 113 de profundidad excavado desde la plaza de la Halle o las gárgolas y esculturas de las fachadas con dragones, animales y personajes extraños.
El pueblo también se caracteriza por acoger a numerosos artesanos que pueblan las calles con cuidadas y atractivas tiendas, todas señalizadas con carteles en forja o madera.
El respeto a esta normativa urbanística contribuye a mantener clima medieval de la ciudad.
MONESTIES
Desconozco si por ser el último de los pueblos que visitamos y llegar algo cansados, pero Monesties nos decepcionó un poquito, ya que aunque incluido dentro de la famosa clasificación de pueblos más bellos, creo que encontramos en el camino algunos otros que sin ostentar este título eran más merecedores al mismo.
Claro que esta opinión puede ser el resultado de la exigencia y el alto nivel ofrecido por el resto de los pueblos visitados y a pesar de que en nuestra opinión Monesties se encuentra en un nivel inferior, no deja de ofrecer espacios, calles y rincones bellos.
No pudimos visitar el interior de la Capilla de Santiago en la que hay un conjunto escultórico de 20 estatuas de gran tamaño que representan la pasión de Cristo y que es considerado monumento Histórico.
Cordes sur Ciel fue quizás la estrella de este sexto día viajero que nos dejó plenamente satisfechos. Nos fuimos a la Treille de Albi ; algo de relax en la piscina y salimos a cenar a un restaurante cercano a la Catedral.
La ciudad de Albi la visitábamos al día siguiente pero en esta salida pudimos ver por primera vez la majestuosidad de su catedral de ladrillo rojo, la Catedral de Santa Cecilia.
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