¿Por qué «Mis Viajecillos»?

En un primer momento fue un acto de agradecimiento para todas las personas que han publicado en la red sus experiencias viajeras, que resultaron trascendentales para la planificación de mis últimos y más recientes viajes, protagonistas principales de este espacio. 

Si la información obtenida en muy diferentes blogs y páginas me resultó útil y práctica, entendí que una pizca más de mis testimonios no le tendría que molestar a nadie y  podrían ser aprovechados por familiares, amigos, conocidos y desconocidos que pudieran llegar hasta una página donde estuvieran recogidas y ordenadas mis experiencias viajeras.

Una decisión al respecto del Blog fue la de publicar las experiencias relativas a los viajes que realizamos fuera de las fronteras de mi querida España, que seguramente es uno de los países del mundo que más puede ofrecer, con lugares y rutas de una belleza increíble. No se trata de una falta de consideración acerca de todo el patrimonio, paisaje y cultura de España. Ni aquella pijadilla sobre que parece más glamuroso viajar allá donde no se habla cristiano castellano. Ni mucho menos.

Esta decisión fue motivada por la suma de varios factores, tales como mi falta de tiempo disponible para dedicarlo al mantenimiento del blog o el ya haber viajado en épocas pasadas por muchos de los rincones de España, con el mismo criterio que en los recorridos exteriores, pero no haciendo la bitácora necesaria para luego ser transmitida con un mínimo rigor.

También estimé que al menos para mis amigos españoles, les resultaría más fácil y sin necesidad de ayuda, organizar sus viajes por las hermosas y bellas regiones, provincias, comarcas de nuestra piel de toro.

A simple vista parece más complejo viajar y organizar un viaje fuera nuestro país, allí donde el idioma se convierte en el primero de los obstáculos.  ¿No?

Espero en el futuro disponer de tiempo libre para también incorporar en el Blog, viajes por territorio patrio, porque aunque os resulte más fácil la planificación y viaje, algún que otro consejo siempre puede ser bien recibido.

Con los criterios medianamente definidos y una vez puesto manos a la obra también descubro con placer, que  aquellos etéreos y vagos recuerdos de mi memoria viajera, los recuerdos gráficos  perdidos  en el ordenador, en mis álbumes de fotos, toman de nuevo cuerpo y vida para no volver a perderse de nuevo en la nebulosa de mi ya tocada retentiva.

El placer de viajar, el gusto por organizar el viaje soñado me ha llevado a entregar  parte de mi tiempo a recorrer algunos países y lugares. Para llegar a conocer sitios, ciudades, pueblos he dedicado un buen puñado de horas a la planificación de los  viajes, que aunque pesada y  costosa, ha sido fundamental. No solo  para que hiciera los viajes previstos, también ayudaron a que los mismos se hicieran a la manera deseada, la que satisface en especial a este que publica. Coche, rutas, que buscan ver lo máximo posible allá por donde pasamos,  catando lo más importante, o quizás aquello que más llamaba mi atención, fuera o no lo más importante.

Esa dedicación previa se dirige  a visitar páginas, a buscar información, fotos, rutas que fueran  inspiración para  organizar esos «mis viajecillos». Y gracias a personas que han viajado, que han viajado previamente los lugares que nosotros vamos también a recorrer, y a su generosidad demostrada compartiendo en la red sus experiencias, mis viajes han sido mucho más gratificantes que lo hubieran sido de no haber contado con la ayuda de compañeros tan generosos.

El goce, para los que nos gusta «conocer mundo» se plasma en el momento que nos ponemos en marcha, en el momento que todas nuestras ilusiones por un nuevo viaje se suben en el coche que nos llevará al destino. Pero para algunos locos, entre los que yo me incluyo, la planificación, la organización previa, es otra forma de disfrutar, de volar, de soñar. El trabajo es intenso pero mucho menos de lo que hubiera sido si otros amantes de la maleta, de la mochila, no hubieran compartido sus experiencias con todos nosotros en la red.

Recientemente dejé parte de esa mi información, parte de mi experiencia a un buen amigo, Álvaro, que iba a visitar alguna parte de Francia. Este hecho me hizo reflexionar  y pensar sobre la conveniencia de editar un blog y después de un proceso muy corto de valoración sobre la conveniencia, sobre los pros y contras de publicar en la red mis experiencias decidí dar un paso al frente y en resumidas cuentas por este motivo es por el que incorporo este modesto blog al mundo virtual, porque es mi deseo poder ayudar a que más viajeros que tengan la intención de viajar por lugares en los que estuve, cuenten con la información de las rutas que hicimos y que la misma les sirva, les ayude a organizar su ruta, su camino, tal y como sirvieron en mi caso las experiencias de otros recorredores.

Y ese deseo creo tiene fácil cumplimiento, porque simplemente con que tu, lector de este blog y entiendo que aficionado al garbeo viajero, hagas tuyo alguno de «Mis Viajecillos» y lo conviertas aunque solo sea parcialmente en «Tus Viajecillos», yo me daré por plenamente satisfecho.

Procuraré ser los más objetivo posible y escribir sobre todos los sitios en los que estuvimos, evitando aconsejar unos y desanimar sobre otros, de una manera demasiado evidente.

¿Cuántas veces nos habrán aconsejado sobre algún lugar que una vez visitado no nos gustó ni lo más mínimo y viceversa?. Sabio el refranero que dice «para gustos los colores» o «sobre gustos y colores no han escrito los autores». Trataré de no ser muy evidente, pero creo quién lea este blog, leyendo entre líneas percibirá fácilmente cuáles fueron los lugares que más me llegaron, sin que este gusto personal se convierta en dogma de fe. Que sirva como una humilde referencia, sin más.

Hasta hace unos cuatro años atrás, había viajado bastante desde el primer viaje que también me marcó de forma especial como fue el viaje veinteañero por Europa «Interrail y mochilero» al que se sumaron otros viajes posteriores. En estas experiencias se mezclaron y combinaron diferentes formas de viajar, sin seguir unas pautas rutinarias de unos años viajes a los siguientes.

A diferencia de mis últimas y más recientes expediciones viajeras en las que la forma de emprender la senda se ha repetido. Esta reincidencia me hace pensar que he encontrado una forma de rodar que satisface nuestras personales e individuales necesidades, las mías y las de mi impenitente acompañante y compañera de vida  María José. Como es lógico, esta forma de viajar, no será apropiada para todos, ni gustará a muchos, pero es la forma, la manera en la que «nosotros» estamos disfrutando plenamente del placer de viajar.

El equipo de «Mis Viajecillos» al completo

Coche, rutas previamente planificadas pero flexibles y cambiantes al gusto del caminante 

Casas y alojamientos rurales de forma preferente, en la mayor parte de los casos localizadas en el momento de llegar a destino.

Estos alojamientos suelen buscarse en zonas cercanas a poblaciones con relativo importante número de habitantes para poder disfrutar de ciertos placeres tales como restaurantes y vida urbana, complementada perfectamente con la tranquilidad y el sosiego de la vida en el campo. Por no hablar de la diferencia de coste económico entre el dormir en el bullicio de la ciudad o en alguna población de cercana con precios más asequibles, sin perder ni un ápice de calidad. 

GPS, como instrumento básico, esencial para evitar discusiones con tu acompañante, que se agravan y dramatizan si se da la coincidencia de que el supuesto acompañante sea tu pareja, esposa o similar. Es la mejor forma de bloquear los instintos litigiosos de nuestro acompañante vital, eso que un buen compañero de trabajo define en estos tiempos que corren tan tecnologizados como «nuestra máquina de discutir». Este instrumento en el momento de llegar a cada punto intermedio, pequeña población, ciudad, nos lleva obedientemente a la oficina de Información turística de cada lugar, donde ampliamos la información de lugar o de la zona que estamos visitando. 

 

Visita de los lugares como lo que son, museos al aire libre. Salvo casos muy excepcionales no visitamos museos, ya que le tiempo de visita que requieren harían imposible la realización de toda la ruta prevista. Nada más llegar al siguiente destino por medio del GPS, ponemos como punto de interés la Oficina de Información Turística del pueblo o ciudad objeto de la visita. Generalmente están en el centro y ya, ese recorrido en coche por el sitio nos permite ver la belleza, interés que despierta el lugar en nuestros sentidos, o no. En la OIT en cuestión pedimos información sobre la ciudad, itinerarios, etc y en función  de la información recibida organizamos nuestra visita.

Resulta útil conocer de antemano el número de habitantes del lugar que visitamos, porque nos dará una referencia del tamaño del mismo y más menos del tiempo que puede requerirnos la visita, importante a la hora de organizar la ruta y número de lugares o ciudades a visitar en el día. 

Un dato objetivo con respecto a esta forma de viajar es el ahorro de euracos que tuvimos si lo comparamos con un viaje similar que quisiéramos hacer por ej, con un viaje organizado. Y esto con independencia de que guste o no la forma de viajar que yo he elegido, puesto que esta si se encuentra sujeta a subjetividades y apetencias personales.

Como muestra un botón, nuestro viaje del año 2010, 18-19 días por Francia estuvo en unos eurillos por encima de 1.000 por persona, teniendo en cuenta que este caso viajamos con coche propio, ahorrando el alquiler y el vuelo que si tuvimos que pagar para otros destinos. El viaje de 2.008 por Centroeuropa, con vuelo y coche de alquiler se nos puso en 1200 -1.300 euros a cada uno. 

Insisto en que esta forma de viajar no será del gusto de muchos de los lectores de este espacio, pero espero que pueda ser útil para aquellos que debido a obligaciones vitales, en especial las  laborales, dedicamos un corto espacio de tiempo a viajar, intentando en ese mínimo periodo de tiempo tragarnos todo lo que nos encontremos, empacharnos, dejando el plato limpio, relamido y brillante.