Visita Arles en la Provenza.
Ruta camino de España visitando Montpellier y Pau.
Los días viajeros de este nuestro largo recorrido tocaban a su fin. Como ya os contábamos el objetivo primordial de este peregrinaje era conocer los pueblos del Luberon, de La Provenza, así como algunas de las ciudades que no habíamos visitado en viajes anteriores.
Una vez concluido y cumplimentada nuestra intención, tocaba planificar el viaje de vuelta para que en dos días hiciéramos una buena kilometrada, eso sí picoteando brevemente sobre pueblos y ciudades que adornan este camino de vuelta y que también nos habían quedado sin tocar también en varios viajes anteriores en los que pasamos cerca pero sin el tiempo mínimo imprescindible para disfrutar de los encantos de ciudades como Arles, Montpellier o Pau.
Así que nos organizamos para hacer un largo recorrido de cas 600 kilómetros, que fuera medianamente compatible con esa intención de ver y hacer unos breves recorridos en estas tres ciudades. Insuficientes seguramente para conocer a fondo las mismas, pero bastante aceptables para llevarnos una idea aproximada de los atractivos que tienen para mostrarnos cualquiera de las tres mencionadas ciudades.
Con estos condicionantes es bastante factible cumplir con estos objetivos ayudando que el largo desplazamiento se puede hacer a través de las magníficas autopistas francesas.
602 km
A.- B&B Clos la Romance. Cavaillon
B.- Arles (73 km)
C.- Montpellier (81 km)
D.- Carcasona (152 km). Vista desde autopista
E.- Hotel Novotel Pau Pyrenees. Lescar (287 km)
ARLES
52.800 habitantes
A primeras horas de la mañana llegamos a Arles, ciudad considerada Patrimonio de la Unesco desde 1981, gracias esencialmente a los importantes monumentos de la época romana, tales como son su el anfiteatro, el teatro romano, las termas de Constantino, la necrópolis o el cryptoportico.
Pero Arles no es solamente monumentos romanos, Arles también dispone de importantes monumentos en este caso Románicos con son la Iglesia de Saint Trophine del siglo XII y su espectacular claustro, dicen único en Provenza debido a su variedad y diversidad de las esculturas y capiteles.
Numerosas iglesias y edificios religiosos decoran el casco histórico de la ciudad que conjuntamente otros edificios históricos algunos de ellos como la Comanderie Saint Luce perteneciente a los caballeros templarios, museos y calles con auténtica magia, hacen de la visita a Arles como algo totalmente recomendable.
En esta ocasión no voy a dejar detallado ni recomendado, un recorrido exacto a realizar en la visita de la ciudad. Sería muy presuntuoso recomendar teniendo en cuenta el poco tiempo que podíamos destinar a recorrer sus calles, y algunos de sus principales monumentos. En todo caso si que dejo aunque solo sea como una pequeña referencia el recorrido aproximado que realizamos.
Nosotros comenzamos la visita en Place de la Republique, muy bella plaza en la que se encuentran algunos de los edificios y monumentos más destacados de Arles, como son La Catedral de Sint Trophime o el obelisco romano del Siglo IV.





Visitamos el interior de la Iglesia Catedral, pero sin tiempo para entrar a visitar el Claustro. Cuando hay poco tiempo disponible hay que elegir, descartar y nosotros preferimos disfrutar del callejeo habitual para conseguir llevarnos una buena imagen global de la ciudad. Desde la Plaza de la República nos fuimos callejeando hasta el entorno del Museo Fundación Van Gogh, disfrutando de varios iglesias y calles encantadoras, etc





Muy cerca del Museo de arte contemporáneo Van Gogh, como a dos calles de distancia, conviene acercarse a la amplia de la ribera del Río Ródano que transcurre por la ciudad de forma sosegada y tranquila.
Desde allí comienza un camino de vuelta camino del principal monumento y símbolo de la ciudad, su famoso Anfiteatro Romano. Caminamos por hermosas y en algunos puntos decadentes calles de viejas casas salpicadas de edificios religiosos, pasando al inicio por otro de los monumentos romanos destacados de Arles, las Termas de Constantino.










Enseguida se llega a la plaza en la que se encuentra el Anfieatro construido en el siglo I, que aún siendo el principal monumento de la zona, está muy bien acompañado por todo el entorno semicircular de casas y restaurantes tan típicamente franceses.
Una vez disfrutado esta bella plaza, pusimos fin al tiempo dedicado a la visita de la ciudad provenzal de Arles, pasando muy cerca de la Iglesia de Notre Damme de la Major y el antiguo teatro romano, también del Siglo I.
Terminamos el recorrido por Arles, allí donde habíamos empezado en la Place de la Republique.
Después de varios años pasando muy cerca de Arles y sin decidirnos a visitarla, en esta ocasión lo hicimos y creemos que fue un pleno acierto, pues se trata de una pequeña ciudad, accesible y repleta de atractivos suficientes como para que los espíritus viajeros os dejéis caer por sus rincones.

















MONTPELLIER
257.000 hb
En viajes anteriores, pasando camino de otros destinos como Italia o bien en las rutas de vuelta con largos desplazamientos, habíamos pasado muy cerca de Montpellier al transitar por la Autopista A9. Nunca pasamos con el suficiente tiempo disponible como para hacer una paradita, y eso a pesar de contar con muy buena información de esta estupenda ciudad Mediterránea.
En esta ocasión planificamos dividir el viaje de vuelta en dos tramos, haciendo una parada en la noche cerca de otra ciudad por la que pasamos en muchas ocasiones y en la que hasta la fecha tampoco nunca habíamos hecho una siquiera breve visita, Pau.
Montepellier a solo 80 km de de Arles, pero a más de 400 km de Pau.
Así que establecimos el plan visitar de forma muy rápida tanto Arles como Montpellier, esta vez sin dejarlas en el camino para llegar de tarde noche a Pau, ciudad que visitaríamos en la mañana del día siguiente antes de iniciar nuestro último día de viaje ya entrando en España.
Recientemente tuve la oportunidad de volver a Montpellier con unos amigos del mundo del vino, los chicos de «A LA VOLE» y con motivo de un par de ferias relacionadas con el bello arte de la vitinicultura . En esta segunda visita pude completar en un recorrido nocturno alguna de las zonas más recientes y actuales de la ciudad, pero que igualmente tienen un más que sobrado atractivo.
Destaca el patrimonio histórico y urbanístico de la ciudad de una gran riqueza y que no dejará de seducir a los viajeros que visiten Montpellier. Entre los lugares emblemáticos: el centro histórico con sus palacios de los siglos XVII y XVIII, la céntrica Place de la Comédie, y el bello Teatro de la Comédie; el arco de Triunfo; la catedral St Pierre, el Museo Fabre, con una de las colecciones de obras de arte más importantes de Europa; una de las universidades de medicina más antiguas de Occidente, el barrio moderno de Antígona o, para los amantes de la historia, el Mikvé, baño ritual judío, que constituye uno de los tesoros ocultos de Montpellier.
Sin olvidarlas callejuelas medievales y pequeñas plazas llenas de encanto. Montpellier también es considerada una de las ciudades más dinámicas de Francia culturalmente hablando.
Ciudad caracterizada por una gran diversidad arquitectónica y puede dividirse su visita en dos partes, una en la ciudad alta con su casco viejo lleno de encanto y con una de las zonas peatonales más grandes de Francia y por otra parte el nuevo barrio de Antigone, con su arquitectura moderna. Perfecta mezcla entre patrimonio histórico y urbanismo contemporáneo sorprendente.
Dejo dos posibles recorridos rápidos por ambas zonas de la ciudad, seguramente que insuficientes a todas luces, dejando muchas cosas en el tintero. Pero en el caso de no disponer de suficiente tiempo disponible, realizando al menos estos dos recorridos urbanos es casi seguro llevarse un buen sabor de boca y la mejor de las impresiones de Montpellier
CASCO HISTÓRICO
BARRIO DE L´ECUSSON – PLACE DE LA COMEDIE
Comenzamos la visita a Montpellier dejando el coche estacionado en un aparcamiento subterráneo que está justo al principio de la Rue Folch, a los pies del Arco del Triunfo de Montpellier también llamado Porte du Peyrou.
Diseñado por el arquitecto François D’Orbay se construyó en 1692 sustituyendo una de las puertas de la antigua muralla. Muy cerca también sobre la explanada o Promenade de Peyrou se encuentra el Acueducto des Arceaux, construido en 1754 y que se inspiró en el Pont du Gard para realizarlo.
Al principio también de Rue Folch, la Corte de Justicia de Montpellier, considerado monumento histórico con orígenes en el siglo IX, aunque su imagen actual de corte neoclásico se corresponde con una reforma llevada a cabo a mediados del siglo XIX.









A partir de aquí nos dejamos llevar por las calles y callejuelas medievales de la ciudad, deambulando por su casco histórico, con una ruta que nos llevó por ejemplo hasta la Iglesia de Sante Anne y más adelante a la Iglesia de Saint Roch. En el trayecto hermosas calles, rincones, casas medievales, palacetes, capillas, etc.











Un poco más adelante callejeando se llega a la pintoresca Place Saint Come en la que alguna terraza de los restaurantes y cafeterías de la misma le otorgan un singular y magnífico aspecto, todo ello rematado por antiguas casas . Una en especial marcada por un hermosísimo cartel antiguo, la Maison Justin Boch.




Nuestros siguientes pasos se dirigieron hacia el centro neurálgico del casco histórico de Montpellier, el punto de encuentro, la gran plaza de la ciudad, Place de la Comedie, en la que se encuentran algunos de los edificios, fuentes y palacios más destacados de la ciudad.
Impresionante plaza peatonal que prolongada por la explanada Charles-de-Gaulle constituye un amplísimo espacio donde tienen lugar numerosas manifestaciones culturales y festivas.
Allí podemos admirar las elegantes construcciones, con la Opera Comédie como monumento principal, un teatro de gran belleza, construido en 1888. Y una fuente, la fontainedes Trois Grâces, en el centro de esta plaza. Entre otros monumentos destaca el Mikvé (baño ritual de purificación en la religión judía) que se sitúa en el corazón del que fue barrio judío y se encuentra entre los más antiguos y mejor conservados de Europa.












El camino continúa por de nuevo hermosas calles con la intención de dirigirnos a la zona de Universidad y de la Catedral de San Pedro, haciendo una pequeña parada en Place de la Canourge donde se puede admirar la Fontaine des Licornes y un palacete del siglo XVII que alberga en la actualidad una parte del Palacio de Justicia.






A solo 100 metros de esta plaza hayamos otro de los símbolos de Montpellier, la excelsa Catedral de Saint Pierre. La Catedral de San Pedro resistió a las guerras religiosas, llama la atención por su singularidad, con dos majestuosas torres góticas, pilares con capiteles puntiagudos que forman el pórtico de la catedral consagrada en 1367 por el papa Urbano V.
Ubicada en la prolongación de la Facultad de Medicina, este edificio es una verdadera fortaleza de estilo gótico meridional. El interior se desarrolla alrededor de una majestuosa nave de crucero, bóveda de 28 metros de altura, gárgolas del siglo XVII, el órgano del siglo XVIII , un oro neogótico y un magnífico retablo del siglo XVII.
La Facultad de medicina de Montpellier es la más antigua del mundo en actividad, teniendo sus principios en el Siglo XII, con algunos alumnos destacados como por ejemplo Nostradamus
Refleja un pasado pasado defensivo originado durante las guerras de religión. Esta rodeada por matacanes y un camino de ronda, que se convierten en otros de los vestigios de los combates que aquí se libraron entre católicos y protestantes.








Una vez visitamos la Catedral y alrededores, estábamos a punto de poner fin a este somero recorrido por la ciudad de Montpellier, bordeando la Catedral y saliendo al Boulevard de Enrique IV a la altura del Jardín des Plantes, perteneciente a la Universidad de Montpellier y también considerado el jardín botánico más antiguo del mundo porque se hizo allá por el año 1593.
Subiendo por el Boulevard de Enrique IV, se llega de nuevo al Arco del Triunfo , lugar en el que comenzamos nuestra visita a Montpellier. Enfrente la explanada de Peyrou, otro de los lugares emblemáticos de la ciudad y que se diseñó en el año 1689. Es otra gran plaza, punto de encuentro tan importante para los habitantes de la ciudad, como lo es la Place de la Comedie.
Justo en medio de la plaza hallamos la escultura en homenaje al rey Luis XIV montando a caballo. Fue de las primeras construcciones en bronce de la ciudad. Esta plaza destaca la llamada Torre del agua, Chateau D’Eau. Torre de forma hexagonal fue construida para distribuir el agua potable. Con sus columnas corínticas es uno de los monumentos mas bellos de la ciudad. El agua llegaba a la Torre por medio del acueducto de San Clemente.








PLACE DE LA COMEDIE
ANTIGONE
Tal y como explico al principio de esta entrada, nosotros en el año 2018 nos limitamos a visitar la zona del casco histórico, estábamos «solamente de paso» y en los últimos días del agotador viaje disponiendo de poco tiempo para hacer una visita más completa a la ciudad de Montpellier.
Por suerte a principios del 2020, antes de la llegada masiva de la pandemia tuve la suerte de volver a Montpellier. En esta ocasión acompañando a los buenos amigos de «A LA VOLE» que me permitieron disfrutar de un par de días en Montpellier con motivo de una importante feria del sector del vino.
Aunque ellos se dejaban caer por la ciudad por motivos laborales, sacamos un poco de tiempo para disfrutar de Montpellier.
Estuvimos alojados en un hotel de la parte baja de la ciudad y desde allí pudimos entretenernos con los encantos de la Montpellier más moderna, en la que destacan muchos edificios de corte moderno, el Quartier o Barrio de Antígone diseñado el siglo pasado por Ricardo Bofill, Port Marianne, el barrio del Ayuntamiento o el super curioso edificio L´Arbre Blanc o Árbol Blanco, edificio residencial con enormes balcones o terrazas que simulan ser las ramas de un enorme árbol de color blanco.
Muchos edificios de corte moderno en la rivera o cercanía del Rio Lez, hacen de esta zona de Montpellier una de las más interesantes.
Como digo pudimos recorrer estas zonas caminando una noche después de cenar y nos parecieron magníficas. Os he dejado un Google Maps con un posible recorrido desde Place de la Comedie. ¡Merece la pena, seguro!










Terminamos nuestro breve pero intenso recorrido en esta hermosísima ciudad y nos pusimos de nuevo en ruta para llegar a dormir muy cerca de la ciudad de Pau. 430 aproximadamente km separan las dos ciudades, así que el trecho es bastante largo.
A unos 152 km de Montpellier una parada inexcusable (entre otras muchas) sería la ciudad de Carcasonne, que nosotros ya visitamos años antes.
Lo que no pudimos evitar fue una parada en un descanso de autopista, con el disfrute del paisaje de la ciudadela y fortificación de Carcasona. En aquel momento parte de la ciudad amurallada se encontraba cubierta por franjas amarillas, tratándose de una obra de arte contemporáneo llamada «Eccentric Concentric Circles» para celebrar el 20º aniversario de la inscripción de la inscripción de la localidad como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y realizada por un artista suizo llamado Felice Verini.



Más adelante como a unos 94 km, Toulouse otra ciudad muy recomendable del sur francés, pero que igualmente ya habíamos visitado en nuestro viaje de años atrás por el magnífico Midi Pyrenees.
Casi las seis de la tarde y aún 238 km por recorrer impiden a cualquier cabeza sensata hacer una parada tanto en Toulouse como en Carcasona, pero en este recorrido de autopista son dos ciudades que si pasáis por la zona es casi obligado encontrar el hueco para visitarlas.

Llegamos muy tarde y bastante cansados a nuestro hotel ubicado en el municipio de Lescar, muy cercano a Pau, objetivo de nuestra siguiente visita mañanera.
Sin más ganas que buscar un lugar cercano donde cenar, cuestión que hicimos en un restaurante local ubicado en una zona comercial y de bastantes restaurantes.
Pusimos fin a un largo día de recorrido en autopista, pero con dos grandes ciudades que conocimos en este día y que nos dejaron la mejor de las sensaciones, después de haberlas dejado olvidadas en viajes que hicimos en años anteriores.
Todo un acierto para quien decida dejarse caer por Arles y Montpellier