Rutas

Día 10. Ruta de 12 días por la Provenza y el Sur de Francia.


Día 4º de 4 días en coche  conociendo la  Provenza – Lubéron.

Ruta hasta la Costa. Marsella, Cassis y Parque Nacional de Calanques.



Cuarto día viajero en la Provenza, en el que dejamos de recorrer los pequeños pueblos del Lubéron para hacer un desplazamiento más largo (78 km de ida y 108 km de vuelta) con la intención de dejarnos caer por Marsella,la capital de la región de Provenza, Costa Azul . Ahora después de las recientes reorganizaciones administrativas llevadas a cabo en Francia capital también de otras cuantas cosas más como Ródano, Alpes, etc, etc.

Desde Marsella a la que dedicaríamos un rato de la mañana, en una no exhaustiva visita, iremos hasta la zona de las Calanques y el pueblo costero de Cassis, con la idea de tomar uno de los barcos que hacen un recorrido por la zona de las principales calas del Parque Nacional de las Calanques.


219 km

A.- B&B Clos la Romance. Cavaillon

B.- Marsella (78 km)

C.- Cassis (34 km)

D.- B&B Clos la Romance. Cavaillon (108 km)


MARSELLA

930.000 habitantes


Marsella es la segunda ciudad más poblada de Francia con cerca de un millón de habitantes, y también es considerada como una de las mas antiguas si no la que más.

Lo cierto es que en este blog no voy a hacer una guía demasiado extensa ni concreta de qué se debe visitar o no en la ciudad de Marsella, debido a que por nuestra escasez de tiempo hicimos una visita casi meramente testimonial.

Llevábamos bastantes días de viajes y cansados como ya estábamos no llegamos demasiado pronto y fuimos bastante vagos para hacer un recorrido a pie  por la ciudad. Hay que tener en cuenta que además este viaje era el primero de María José después de su enfermedad del año 2017, por lo que decidimos visitar la ciudad haciendo uso de un tren turístico que nos llevaría por los puntos más destacados de la ciudad.

Este servicios turísticos salen del Puerto Viejo, junto al Ayuntamiento de la ciudad y tienen dos recorridos, pudiendo bajar en alguna de sus paradas principales y volver a coger de nuevo alguno de los siguientes trenes, ya que tienen una frecuencia de paso cada 20 minutos. Con estas premisas no nos quedó más remedio que utilizar los dos trenes para llegar hasta los diferentes puntos de la ciudad. Caminando en una sola mañana habría resultado muy complejo completar estas visitas.

Como digo , decidimos hacer los dos recorridos:

El primero de ellos , el más cercano al punto de partida hace un pequeño recorrido por la ciudad Vieja y pasando por algunos de sus más importantes monumentos tales como el Hotel de Cabre, el Hotel Dieu, la iglesia Saint Laurent e incluso la magnífica Catedral de la Mayor del siglo XIX (aunque está edificada en el mismo lugar sobre el que hubo diferentes edificios religiosos desde el siglo V). 

Muy cerca de la Catedral encontramos otro edificio muy interesante como es el MUCEM (Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo). Se trata de un edificio moderno que además se une por medio de una pasarela con el Fort Sant Jean, que observa vigilante la entrada al puerto.

El tren hace una parada enfrente de otro edificio, el antiguo hospicio de la Vielle Charité que actualmente remozado alberga un museo de arte africano, oceánico y amerindio. Desde esta parada resulta muy conveniente darse un paseo por el Barrio de Panier en el que predominan las zonas peatonales, sus estrechas callejuelas y casas antiguas, conjuntamente con algunas plazas encantadoras como son Place de Lenches o des Moulins.

El segundo de los recorridos disponibles parte también del Puerto Viejo pero en este caso, sube desde el hasta la iglesia de Notre Dame de la Garde con un especial recorrido por ambos lados del puerto, desde el Fuerte de Saint James hasta el de San Nicolás que históricamente han protegido la entrada de este histórico puerto. 

Se pasa por la  Abadía de San Víctor o el Palacio de Faro, entre otros monumentos de interés. El trayecto incluye también el paseo marítimo de la Corniche, desde donde se pueden ver en la distancia el archipiélago de las Frioul y el castillo de If

En un empinado ascenso por una zona de casas señoriales, además de otras de carácter más humilde y después de ascender más de 160 metros, el tren llega a la Iglesia de la Bonne Mere (Notre Dame de Gare), que en estilo románico bizantino fue construida en el siglo XIX allá donde antes hubo una una capilla del mismo nombre en el siglo XIII. Posteriormente se edificó en el siglo XVI una fortaleza sobre cuyos cimientos se construyó la iglesia actual.

Es recomendable bajar del tren para visitar este símbolo de la ciudad, así como disfrutar de las magnificas vistas de la ciudad y del entorno natural que le rodea. Como hay trenes de forma casi continua, se puede hacer la visita y aprovechar la llegada de uno de los siguientes trenes para hacer el descenso. Habitualmente el número de visitantes de este monumento son muchos.

Una vez llegados hasta allí hay que hacer el interesante recorrido interior de Notre Dame de Gare además de  aprovechar los diferentes miradores que existen en el entorno para tener una visión periférica de toda la ciudad de Marsella, sus construcciones, casas , antiguos y modernos monumentos como por ejemplo el remodelado estadio de fútbol Vélodrome.

Una vez disfrutamos del monumento y de las espléndidas vistas, tomamos el siguiente trenecito de vuelta con destino al Puerto Viejo, punto final de nuestra escueta y rápida visita a este interesante ciudad.

Después de haber visitado muchas ciudades francesas y haciendo un ejercicio de comparación, Marsella nos gustó pero no tanto como para irnos entusiasmados. Posiblemente influyó la falta de tiempo para recorrer con mayor tranquilidad, o que simplemente nuestros gustos personales van más por otros estilos y derroteros. En todo caso visita aconsejable a una curiosa y multicultural ciudad del sur de Francia.

El día en lo turístico no había culminado, porque aún queríamos llegar a una zona de naturaleza maravillosa, el Parque nacional de las Calanques con punto de partida en el bonito pueblo costero de Cassis.


CASSIS

7.221 hb

PARQUE NACIONAL DE CALANQUES


Al sur de la ciudad de Marsella se encuentra un complemento ideal para a la visita de Marsella, como es el Parque Nacional de Calanques, declarado parque nacional con relativa cercanía temporal, allá por el año 2012.

Se trata de un macizo calcáreo fijado entre la costa y una serie de pequeños “fiordos”, en realidad calas que se internan en las sierras del macizo. El agua de esta zona es de un azul intenso y no tendría mucho que envidiar a los idealizadas aguas de otros paraísos terrestres como pudieran ser las del mar caribe. El Parque está formado por el territorio perteneciente a tres municipios que son Marsella, Ciotat y Cassis.

Este explosión de naturaleza y pocos pero varios pequeños pueblos que delimitan el parque como Ciotat o Cassis, hacen de Las Calanques un destino turístico muy atractivo especialmente en la época de verano. 

La visita se puede organizar de varias maneras, tanto con barcos que salen de la misma Marsella desde el Vieux Port, o bien como nosotros hicimos con un desplazamiento hasta Cassis. 

Desde el puerto de este bello y pintoresco pueblo también hay varios barcos y rutas que te llevan hasta algunas de las Calanques más cercanas. Seguramente la opción más atractiva es la de dejarse caer caminando por todas las calas, para lo que es necesario disponer de mucho más tiempo del que nosotros habitualmente solemos tener, además de muchas ganas de caminar.

El acceso a prácticamente la totalidad de las calas se debe hacer caminando desde diferente puntos de aparcamientos para vehículos. En general desde estos aparcamientos y hasta la cala en cuestión puede haber un mínimo de 45 minutos caminando de ida y por supuesto lo mismo de vuelta. En algunas de ellas este tiempo puede ser de 90 minutos

Con esta información nosotros nos decidimos por ir hasta Cassis, dejar el coche en un aparcamiento público de muy a las afueras del pueblo (el resto en esta época del año suelen estar hasta arriba y nos es fácil tener suerte para dejar el coche).

Este gran parking que nosotros utilizamos es el Parking des Gorguettes. Desde allí y hasta el Puerto de Cassis hay aprox 3 km, pero hay un servicio continuo de autobuses que te llevan en un momento hasta el centro y Puerto de Cassis. Nos parece la opción más rápida y recomendable si la visita a la zona la hacemos en periodo veraniego, porque las hordas de turistas hacen intransitable la población. 

Como ya comentaba desde el puerto de Cassis hay una agrupación de barqueros locales ofrece varios recorridos por las Calanques que van desde un mínimo de 3 calas y hasta un máximo de 9 y con precios que van desde los 16 a los 28 euros por persona. Adjunto el enlace donde se puede disponer de toda esta información.

Groupementdes bateliers Cassidens

Dependiendo del tiempo que se tenga disponible y la economía personal del visitante, se pueden elegir algunas de las opciones.

Nosotros teníamos previsto utilizar una que hacía la visita mínima de 3 de las Calanques (Port-Miou, Port-Pin y En Vau) añadiendo que en ese recorrido había una opción de baño de 45 minutos. La compra de estas entradas se hace directamente en taquilla, no pudiendo reservarse previamente y cuando nosotros llegamos nos indicaron que por cuestiones metereológicas no estaba disponible la opción de baño, por lo que decidimos de igual modo hacer el recorrido testimonial de las 3 primeras Calanques más cercanas al Cassis.

Maravilloso recorrido el que hicimos, suficiente para recoger unas muy buenas impresiones de la zona y del parque. Disfrutamos mucho con este paseo marítimo y una vez concluimos el mismo, caminamos con tranquilidad por  Cassis, sobre sus hermosas calles que descienden desde el macizo de Calanques para llegar hasta la costa y su viejo puerto, que es la zona más atractiva. Desde el puerto se puede divisar en una elevación el antiguo castillo del pueblo, que actualmente se encuentra restaurado y recuperado para dar servicio como hotel

Recorrimos con calma estás zonas llegando hasta el monumento religioso más importante del pueblo, la iglesia de Saint Michel. Como curiosidad llegamos a esta iglesia del siglo XIX en una hora en el que la luz entraba por alguna de sus vidrieras, de tal manera que iluminaba una estatua de San Miguel, generando un efecto verdaderamente mágico.


 

 

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