Ruta desde Viseu a Segovia.
Lamosa, Penedono, Trancoso y Castelo Mendo.
Incorporo en esta entrada del blog dos mapas de Google. El primero se corresponde con el recorrido que realizamos y el segundo el que teníamos planificado hacer justo es decirlo, siendo bastante ambicioso.
Sobre la marcha decidimos cambiar una vez llegamos y visitamos Trancoso. La idea era la de continuar en dirección primero a Castelo Rodrigo y ya de bajada Almeida. Ambos dos están incluidos dentro de la clasificación de Aldeias Históricas, pero decidimos no visitarlos porque por una parte ya estábamos en el último día de viaje notando un poquito el cansancio físico y mental. Y por otra llegar hasta hasta Castelo Rodrigo y Almeida, cumpliendo con el resto de lo planificado significaba la realización de un mayor número de kilómetros y en este caso por carreteras no muy buenas
Al terminar de visitar Trancoso tomamos la decisión de abandonar la idea de ir a Castelo Rodrigo y de bajada visitar Almeida.
El plan inicial
Y el que finalmente hicimos
480 km
A.- Viseu. Bemyguest GuestHouse
B.- Castillo de Adriano. Carregal – Lamosa (48 km)
C.- Penedono (28 km)
D.- Trancoso (29 km)
E.- Castelo Mendo (63 km)
F.- San Ildefonso (310 km)
CASTILLO DE ADRIANO
CARREGAL
Dudamos si nos convenía pasar por este castillo y al final nos decidimos en pasar por allí porque solo significaban 9 km de más sobre el recorrido previsto.
El castillo está en Carregal, municipio de Lamosa. Lo cierto es que si no se pasa por la zona cercana, no tiene mucho sentido desviarse para llegar hasta esta construcción de aspecto medieval.
En realidad se empezó a construir en el presente siglo por un personaje local llamado Adriano dos Santos. Con sus propias manos y la ayuda de la familia comenzó a edificar este castillo de ruda piedra y aspecto medieval.
Parece que aún en la actualidad la obra sigue avanzando. Llama la atención la pureza de líneas, almenas, torreones, la piedra, hasta que se advierte de la zona de entrada al Castillo con un cartel vinílico, digamos cuando menos poco oportuno. Una pasta metida en la construcción que puede arruinarse por los pequeños detalles.





PENEDONO
1.100 habitantes
El pueblo de Penedono recibe visitas esencialmente debido a que alberga uno de los castillos más inusuales y pintorescos de Portugal.
El pueblo se encuentra sobre una pequeña elevación de 900 m y en su parte más alta se encuentra el castillo, que se supone permitía controlar el entorno. El castillo de forma pentagonal y reducidas dimensiones resulta muy atractivo, rematado por elegantes torreones almenados.
No tiene el aspecto de un castillo defensivo si no más bien un palacio que se hubiera transformado en castillo, constituyendo por eso uno de los ejemplos estéticamente más interesantes de este tipo de construcción que se pueden encontrar en Portugal. Tiene orígenes en el siglo X pero su aspecto actual se corresponde con una reconstrucción del siglo XVI.
El resto del pueblo, es pequeño pero agradable con algunas calles antiguas y la Igreja Matriz y el habitual Pelourinho como patrimonio arquitectónico más importante.












TRANCOSO
El siguiente pueblo que visitamos fue Trancoso, considerado uno de los pueblos más bellos de la región centro, estando incluido en la clasificación ALDEIAS HISTÓRICAS, clasificación creada en 1991 para conservar y promocionar un grupo de 12 pueblos históricos portugueses, dotados de la suficiente historia y patrimonio arquitectónico y cultural suficiente como para ser acogidas dentro de esta clasificación de iniciativa gubernamental.
Trancoso es un pueblo amurallado que cuenta con diferentes puertas de acceso y un hermoso castillo también medieval, que corona este majestuoso complejo fortificado. El origen de esta estructura surge por ser tierra fronteriza con Castilla y fruto de las continuas batallas y peleas en pos de la independencia del reino portugués.
Tiene numerosos monumentos en el recinto amurallado, de arquitectura civil y religiosa. De particular interés son las iglesias parroquiales de Santa María y S. Pedro, la Casa dos Arcos del siglo XVI, la Iglesia de la Misericordia, la Casa do Gato Preto, un curioso edificio en el antiguo barrio judío y el Pelourinho de estilo manuelino.
Fuera de las murallas también hay un importante patrimonio arquitectónico, pero nosotros no tuvimos tiempo de visitarlo.
Conviene comenzar la visita por alguna de las puertas de entrada fortificadas, además de algunas de torres, también se conservan tres de las cuatro puertas principales, Porta d’El Rei, Porta do Prado y Porta Carvalho, así como las dos puertas secundarias, Porta Traiçao y Porta del Olinho do Sol.
La Puerta d’El Rei y la Puerta del Prado son las más imponentes y están enmarcadas por dos robustas torres.








Desde estas puertas de entrada hay que recorrer bellas calles principales que llevan hasta el Largo do Municipio , en el que encontramos el edificio del Ayuntamiento y en el centro de la Plaza una estatua del Poeta Bandarra.
Bandarra es su apellido y parece que portugués no tiene el significado peyorativo del que goza en castellano.




El recorrido debería llevarnos hasta la plaza principal y posiblemente una de las más bellas de esta serie de pueblos portugueses en la que el Pelourinho y la Igreja de Sao Pedro, además de varias casas con soportales le otorgan muchísimo carácter a la zona.





Desde aquí, hay que callejear por detrás de la Iglesia de San Pedro hasta llegar al barrio judío, repleto casas bajas de piedra granítica en calles estrechas donde las flores toman posesión de los espacios.














Un poco más allá el imponente castillo, de los siglos X-XIII, dotado de torres almenadas y las características murallas inclinadas además de una robusta torre del homenaje morisca.


Terminamos por la zona del palacio Ducal, disfrutando de algunos bellos edificios.



CASTELO MENDO
El último de los pueblos que visitamos en este nuestro último día de viaje fue la pequeña pero bonita población de Castelo Mendo.
Pueblo medieval en frontera hispano-lusa, pegando con la provincia de Salamanca. Muy bien conservado y recordando un pasado en el que fue un punto estratégico de la frontera.
Rodeado de murallas cuenta con seis puertas medievales y con acceso al pequeño recinto amurallado por una puerta principal que destaca por tener a ambos lados dos desgastadas figuras de verracos talladas en piedra granítica. Se llama la Porta dos Berroes
Ya en el interior, el aroma medieval se respira por muchos de sus rincones con casas bajas de piedra, casas de estilo manuelino y algunas casas renacentistas.
Muchas de las puertas están pintadas en color y las calles están empedradas. Su Pelourinho de 7 metros, es uno de los más altos de la región y la Igreja de San Vicente así como la Iglesia Matriz, son los más destacados elementos arquitectónicos del pueblo.
En la parte más elevada las ruinas de la Iglesia de Santa María del Castillo que son un punto imprescindible a visitar.
Una leyenda recorre el pueblo sobre dos amantes debido a que hay dos figuras, dos pequeñas gárgolas que representan al Mendo y la Menda.
Una se encuentra en el edificio del antiguo tribunal de justicia y la otra menos apreciable, en una humilde casa que se encuentra enfrente. De ahí que una orientación de la leyenda es sobre el amor imposible entre dos personas de muy diferente clase social.




















Dos pueblos que nos dejamos en la tartera y sin abrir fueron Castelo Rodrigo y Almeida, también consideradas dos de las 12 Aldeias Históricas de Portugal. Intentaremos en alguna otra ocasión visitarlas si llegamos a pasar por las tierras de la raya hispano/ portuguesa por Salamanca.
Y con la visita a Castelo Mendo pusimos fin a nuestro periplo viajero del año 2016 por tierras de la Región Centro de Portugal.
Toda una sorpresa para el que se deje caer por estos lugares, Ciudades, pueblos, iglesias, monasterios, castillos inundan esta tierra y le dotan de un atractivo, que desde España muchas veces no sabemos apreciar en su justa medida, pero que está a una altura de excelencia turística increíble.
Este viaje nos deja con muchas ganas de recorrer otros rincones portugueses. Antes de este Viajecillo ya conocíamos ciudades Portuguesas como Lisboa, Oporto, Guimaraes, Braga, Guarda, pero hasta esta fecha no habíamos hecho un recorrido intensivo de pueblos y ciudades al estilo «Mis viajecillos».
Y fue todo un acierto.

