Rutas

Día 1. Ruta de 10 días por la Emilia Romagna.


Ruta desde el aeropuerto de Bolonia a Rímini.

Rímini y Santarcángelo.


Salimos de nuestro pueblo, La Granja (Segovia)  a eso de las 8:15 con tiempo suficiente para llegar al aeropuerto de Barajas en Madrid. Esta vez dejamos nuestro coche en el PARKING A de la terminal 4, que siendo contratado previamente nos costo 71 euros. En otros viajes habíamos utilizado los servicios de la empresa LAVACOLLA, servicio que te recoge el vehículo al llegar y te lo devuelve a la vuelta. El precio resultó ser similar y decidimos dejar en esta ocasión el coche directamente en el parking, bajo techo.

Después de un vuelo sin incidencias, llegamos sobre las dos de la tarde al aeropuerto de Bolonia, para sobre las estar sobre las dos y media realizando los trámites con la empresa Locauto. La empleada que nos atendió lo hizo con extrema amabilidad y comunicándose con nosotros en un perfecto castellano. El coche perfecto, pero la experiencia posterior con esta empresa hacen que desaconseje o avise de la extrema necesidad de poner todos los cuidados en la relación comercial con LOCAUTO. Podéis ver de forma más amplia la experiencia sufrida con esta empresa de alquiler de coches en el siguiente link ALQUILAR UN COCHE VIAJERO.

Al salir del aeropuerto no conseguimos que el GPS conectase con los malditos satélites, motivo por el que tuvimos que conectar nuestro teléfono para a la red local de datos. Si se contrata previamente desde España el coste diario puede ser de entorno a los cuatro euros.

Después de 120 km de autopista llegamos a LA COMBRICCOLA B&B, para presentarnos y dejar los equipajes. La tarde impregnada de una ligera llovizna que molestó ligeramente, pero que no impidió que iniciáramos la visita de la ciudad de Rímini.  A las cinco de la tarde comenzamos con una rápida visita de la ciudad, que consideramos suficiente para tener una visión general de la misma.


Borgio San Guiliano

Ponte Tiberio

Piazza Cavour

Castel Sismondo

Porta Montanara

Templo Malatestiano

Arco de Augusto

Anfiteatro Romano

Borgo San Guiliano

RIMINI

Rímini es una ciudad de 141.000 habitantes situada al sur de la región, conocida por haberse convertido desde el año 1843 en una ciudad balneario y vacacional, debido a sus buenas playas bañadas por el mar Adriático.

Pero Rímini no es solo playas y turismo de balneario. Cuenta con 20 siglos de historia que dejan importantes vestigios patrimoniales y culturales que van desde la época romana hasta el renacimiento. Seguramente no es de las ciudades más destacadas, pero haciendo el recorrido adecuado y preciso es posible disfrutar de rincones muy especiales.

Nosotros hicimos un recorrido caminando por los principales puntos de interés histórico de la ciudad.

BORGO SAN GUILIANO

Comenzamos por el Borgo de San Guiliano, que se encuentra en la orilla septentrional de río Marecchia y al que se llega puede llegar cruzando algunos de sus puentes, siendo el más importante el considerado símbolo de la ciudad, el Puente Tiberio.

Este Borgo es el mejor ejemplo de calles y plazas que reflejan la antigua y colorida construcción popular, dando a algunos de sus rincones cierto sabor a pueblo medieval. Inevitable pasear por sus calles y visitar la Iglesia de San Guiliano con su monasterio del siglo XVII.

PONTE TIBERIO

Este puente romano se comenzó a construir en el año 14 a.c y además de ser la puerta de entrada a la ciudad de Rímini en época romana, se constituyó como el punto de inicio de la Vía Emilia que conducía hasta Piacenza y la Vía Popilia que llevaba hasta Rávena

El puente lo pudimos observar al principio del recorrido y al final pudiendo disfrutar de diferentes y variadas perspectivas.

PIAZZA CAVOUR

Esta plaza es el centro económico y político desde el siglo XII y una de las plazas más importantes de la ciudad, si no la más. Alberga varios edificios históricos que la engalanan y entre los que destacan el Palazzo Garampi del año 1562 y actual sede del Ayuntamiento.

El Palazzo del Arengo y el Palazzo de Podestá de los años 1230 y 1330, aunque sufrieron cambios importantes durante el siglo XVI para ser restaurados conforme a su aspecto actual a principios del siglo XX.

El resto de elementos arquitectónicos de la Piazza Cavour son el Teatro Armintor Galli del año 1857, la Fontana della Pigna de origen romano aunque su aspecto vigente data del año 1807, una estatua erigida en el 1604 en honor de Pablo VI y por último la Vecchia Pescheria o Mercado del Pescado construido en 1747.

CASTEL SISMONDO

Este castillo fue construido como palacio y fortaleza en el año 1437. Se puede hacer una visita interior pero nosotros decidimos no hacerlo, bueno más bien el poco tiempo que teníamos disponible nos obligó a tomar esta decisión, aunque tampoco nos impacto su exterior como para animarnos a una visita de su interior.

PORTA MONTANARA

Era una de las cuatro puertas de entrada a la ciudad y fue construida en el siglo I a.c. En la actualidad solo se conservan unos vagos restos recuperados después de haber sido prácticamente destruida durante la segunda guerra mundial.

TEMPLO MALATESTIANO

Este templo es la catedral de Rímini y fue construido entre los años 1446 y 1460, fruto del encargo del señor de Rímini por aquellas épocas, Sigismondo Malatesta. Resultó inacabado sobre los proyectos originales porque estaba proyectada una gran cúpula que se convertiría en la mayor de Italia, pero por problemas económicos no pudo llevarse a cabo. No pudimos visitar su interior porque estaba cerrado al público esa tarde.

Previamente antes de llegar al Templo pasamos por otra de las plazas destacadas de la ciudad, la Piazza Tre Martiri que tiene importantes edificios como la Torre del Reloj, el Templete de San Antonio o la Iglesia de los Paolotti.

ARCO DE AUGUSTO

Es un arco triunfal consagrado al emperador Augusto en el año 27 a.c, siendo el arco romano conservado más antiguo y que además era el fin de la Via Flaminia que comunicaba Rímini con Roma.

ANFITEATRO ROMANO

Caminando al borde del parque Alcide Cervi nos fuimos  hasta el anfiteatro romano, que tampoco pudimos visitar porque a la hora que llegamos ya estaba cerrado. Pero pudimos ver desde el exterior creo que lo esencial de este anfiteatro que fue construido en el siglo II d.c. Llegando al anfiteatro dejó de llover.

Volvimos caminando hasta el Borgo de San Guiliano, lugar donde habíamos dejado estacionado el coche. La lluvia pretendió estropearnos esta primera visita , pero no lo consiguió y pudimos llevarnos una imagen agradable de la ciudad de Rímini. Vimos lo esencial, además de algunos palacios y numerosas iglesias que puedes encontrar recorriendo la ciudad.

A las ocho y media de la tarde terminamos con el recorrido por Rímini y decidimos ir hasta el pueblo de Santarcángelo.

Nos habían recomendado algunos restaurantes para cenar y hasta allí que nos fuimos. Teníamos algunas alternativas de visitas a pueblos cercanos, pero nos resultó imposible visitar algunos pueblos cercanos tales como Montefiore  Conca, clasificado como Borghi Piu Belli y Bandiera Arancione, Montegridolfo también clasificado como Borghi Piu Belli o San Giovanni in Marignano igualmente clasificado como Borghi Piu Belli

Seguramente estos pueblos son merecedores de una visitilla, pero nos resultó imposible abarcar todas las opciones posibles, no quedando más remedio que llevar a efecto el siempre doloroso ejercicio del descarte.

Aparcamos el coche en la zona alta de la ciudad y nos fuimos hasta la parte baja de la población para cenar en el restaurante LA BOSCA. 

Restaurante de comida tradicional italiana de buena calidad, cantidad y a un precio muy razonable. Pedimos unos Tagliatelle Ragu, Raviolis della Bosca con queso , hierbas aromáticas, rucula y tomate, y acompañando un queso scamorza  ahumado.Para beber dos birras negras Moretti. El precio razonable puesto que la cuenta ascendió a 27,5 euros que se quedaron en 24,75 por llevar la recomendación del B&B La Combriccola.

Paseamos algo por este muy bonito pueblo, aunque la visita oficial la dejamos para el día siguiente, motivo por el que incorporaré algunas de las fotos nocturnas de este día en la entrada correspondiente al segundo día de viaje.

Además una de sus empleadas tuvo un detallazo, porque María José le pregunto si podría mostrarnos si algún cliente estaba tomando polenta frita que tenían en carta. Era simple curiosidad. No sabíamos si nos entendió porque se presento con un plato de polenta y dudábamos si al final nos lo iba a cobrar, pero lo cierto es que fue un detalle de la casa que no nos cobraron.

A las diez y media de la noche llegamos al B&B, dispuestos a recargar las pilas para un día siguiente que se presentaba muy interesante.




 

 

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