Ruta de los Vinos de Alsacia. Ruta en coche en coche desde Plobsheim.
Colmar, Turkheim, Kayserberg, Kienztheim, Riquewihr, Hunawihr y Ribeauville.
Posiblemente el día más completo de los pasados en tierra Alsaciana, teniendo en cuenta que todos y cada uno de los días fueron excepcionales.
Pero en este día visitamos varias joyas tales como Colmar, Turhkheim, Kayserberger o Riquewihr. Todas ellas poblaciones que parecen sacadas de un cuento.
147 km
Plobsheim (La Corderie)
Colmar (60 km)
Turckheim (8 km)
Kayserberg (9,8 km)
Kientzheim (1,8 km)
Riquewihr (7,6 km)
Hunawhir (4,2 km)
Ribeauville (3,1 km)
Plobsheim (51,4 km)
COLMAR
Hicimos un recorrido de aproximadamente dos horas y media, caminando por las calles del centro histórico de esta ciudad, que tiene un sinfín de edificios de estilo gótico alemán y otros muchos de principio del renacimiento. El recorrido del paseo se puede observar en el siguiente mapa.

- Maison des Tetes
- Museé Bartholdi
- Maison Pfister
- Place de la Cathedrale
- Collegiale Saint Martin
- Maison Adolph
- Grand Rue
- Koïfhus
- Place de l’Ancienne Douane
- Quai de la Poissonnerie
- Petite Venise
- Rue St Jean
- Maison des Chevaliers de St Jean
- Museé Unterlinden.
Empezamos por la Maisón de las Tetes, bello edificio de estilo renacentista, construido en el año 1609 y en el que hay una profusa decoración con más de 100 cabezas de animales, figuras alegóricas y algunas máscaras. Actualmente es un hotel.


Callejeando llegamos hasta el Museo Bartholdi que fue la casa natal de este importante escultor alsaciano, entre cuyas obras destaca la famosa Estatua de la Libertad.
No entramos en el museo conformándonos con ver el entorno y su patio interior en el que destaca la estatua realizada por Bertholdi , «Des grands soutiens du monde» con el planeta tierra, nuestro mundo sustentado por figuras representativas de la Justicia, el Trabajo y la Patria.
En las afueras de Colmar, en una de las rotondas de acceso hay una replica de la Estatua de la Libertad.


Muy cerca en la Rue des Marchands nos topamos con una magnífica casa construida en 1537 que dicen fue la primera de las casas de características renacentistas de Colmar, la Maison Pfister.



El siguiente punto de la visita fue la cercana Place de la Cathedrale en la que se ubican algunos de los monumentos más importantes de la ciudad como son la Colegiata de San Martin, Maison Adolph y al lado el Antiguo Cuerpo de Guardia.
La Colegiata de Saint Martin es la principal iglesia de Colmar, construida en estilo gótico entre el año 1234 y el 1365, aunque la torre fue edificada en estilo renacentista allá por el 1572.


La Maison Adolph es uno de los edificios mas antiguos de Colmar ya que se construyo en el año 1350 en estilo gótico alemán. Está en la Place de la Cathedral, detrás de la Colegiata.
Pegado a este edificio encontramos el Antiguo Cuerpo de Guardia, con una extensa historia que comenzó con su edificación sobre la antigua capilla de Saint Jacques allá por el 1582 y con la intención de dotarle de un uso laico, siendo diferentes y variados los que tuvo en los siguientes siglos.



Siguiente punto de la ruta el edificio de la Antigua Aduana o Koïfhus situado en la confluencia de dos importantes calles , La Grand Rue y Rue des Marchands.
Terminado en 1480, es el edificio público más antiguo de la ciudad. En su época, servía para el depósito y el tránsito de todas las mercancías importadas en Colmar. En el edificio llama poderosamente la atención su tejado de coloridas tejas colocadas generando variadas figuras geométricas.
La parte del edificio más vistosa se encuentra cruzando por debajo del mismo desde la Grand Rue hasta la Plaza de la Antigua Aduana. Sin olvidar que la confluencia de Rue des Marchands, Grand Rue y la parte trasera del Köifhus genera alguna de las más típicas y conocidas imágenes de la ciudad.



Y cruzando hacia la Plaza de la Antigua Aduana el embrujo continua en esa bella plaza desde la que se observa bien el edificio de la aduana con sus coloridas tejas que forman figuras geométricas, además del resto de casas, la fuente que tiene una estatua realizada por Bartholdi y que representa a Schwendi Lázaro, además de un pequeño canal que en perfecta mezcla con el resto de elementos mencionados, hacen de este un lugar un rincón muy especial y pintoresco.





Seguimos nuestro trayecto en dirección a la Petite Venise, pasando por el Quartier des Tanneurs (Barrio de los curtidores) y a continuación por el Quai de la Poissonenerie (Muelle del Pescado) que hace de conexión entre ambos.




Pasados estos dos barrios llegamos a uno de los lugares más pintorescos y visitados de la ciudad de Colmar, la denominada Pequeña Venecia.





Una vez paseamos por las calles y canales de la Pequeña Venecia, continuamos en dirección a la Rue de Saint Jean, pasando antes por la Plaza de Six Montagnes.
En esta última hay otra estatua de Bartholdi , la Fontaine Roesselmann y en la Rue Saint Jean el edificio de los Caballeros de San Juan.


Y con esta visita terminamos la visita a Colmar. El coche lo teníamos aparcado cerca del Museo Unterlinden que se encuentra instalado en un antiguo convento de Dominicas fundado en el siglo XIII y que cuenta con un claustro gótico considerado como el mejor de la región.
Pero el eje de todo este atractivo es el famosísimo retablo de Issenheim, pintado en los inicios del siglo XVI por Grünewald para decorar una capilla conventual de Issenheim (20 kilómetros al sur de Colmar).
Nos quedaba mucho por visitar en el día y no nos apetecía demasiado pagar 8 euros cada uno para ver el retablo, aunque reconozco que un buen amante de la pintura no debería perderse esta obra de arte.
TURCKHEIM
Pueblo de 3700 habitantes en el que se respiraba tranquilidad absoluta, con antiguo recinto amurallado de tres puertas de entrada a la ciudad.
Nosotros entramos por la puerta de Francia, puerta principal del pueblo, abierta en una gran torre cuadrangular del siglo XIV. Hay otras dos puertas, la puerta de Brand que está en el extremo noreste del casco antiguo, mientras que al oeste se halla la puerta de Munster.
Una vez se cruza la puerta de Francia se llega casi de forma inmediata a la Place Turenne, rodeada de antiguos edificios, entre ellos el Ayuntamiento y la torre románica de la antigua iglesia.





Recorrimos algunos de sus rincones, sus puertas, la Grand Rue que une la puerta de Munster con la Place Turenne, y que acoge numerosas casas de fines del XVI e inicios del XVII.



KAYSERSBERG
Seguramente uno de los pueblos que más nos gustó de todos los que vimos en nuestro recorrido alsaciano. Ubicada en un entorno de montañas, viñedos y el río Weiss, conserva un toque y aspecto medieval muy notable.
El pueblo cuenta con una magnífica iglesia de origen románico y continuación gótica, edificada entre los siglos XII y XV, que alberga un interesante altar tríptico de madera de Jean Bongartz.


Es un pueblo de unos 3.000 habitantes, de estructura alargada teniendo como eje la Calle De Gaulle que nos lleva hasta sus edificios principales, un excelente ayuntamiento renacentista, un puente fortificado sobre el Weiss ,diversas casas tradicionales y un ruinoso castillo medieval del siglo XIII.








Todas las calles del pueblo están jalonadas de numerosos comercios, panaderías, pastelerías, bodegas, hoteles, heladerías, artesanos etc, etc. Cada uno de ellos reparan en los detalles decorativos , como por ejemplo con esa cuidada cartelería de forja que realza la belleza de las calles, de los edificios.





En Kaysersberg decidimos comprar unos vinos típicos de la zona, en la Bodega de Bernard Hass. No somos expertos en vinos, no conocíamos alguna marca de referencia, hay multitud de pequeños productores y nos decidimos por esta bodega porque estaba fuera de las tiendas demasiado comerciales que encontramos en este pueblo (lo mismo que en el resto de pueblos de la ruta) y porque había un grupo reducido de personas catando vinos para comprar.
Pedimos permiso, nos dieron a probar varias opciones, nos encantaron y al final nos decidimos por un Riesling, un Pinot Gris y un Gewurztraminer. Seguramente no sean los mejores Alsacianos o si, pero lo que probamos allí y lo que nos trajimos, nos ha gustado soberanamente.
El siguiente destino del día iba a ser otra de las poblaciones estrella de la ruta del vino , Riquewhir. Pero antes de llegar a sus calles fuimos gozando de algunos pueblos intermedios como Kientzheim.



Los paisajes de tierras cultivadas de verdes viñedos nos acompañaron durante todo el día , siendo más intensos los paisajes en este trayecto.





RIQUEWIHR

Muchos son los pueblos especiales en Alsacia, pero en mi opinión Riquewihr es uno de los más destacados. Ya habíamos visto bastantes y muy bonitos, pero creo que Riquewihr se lleva la palma. Incluido en la clasificación de pueblos más bellos de Francia, que recuerdo incluye poblaciones que no tengan más de 2000 habitantes.
Se trata de un pueblo parcialmente amurallado, siendo más visibles estas murallas en la parte alta de la población, pudiendo acceder al pueblo atravesando la Porte Haute o Puerta Alta que forma parte del primer anillo de murallas de la ciudad.
Una vez se cruza esta puerta, inmediatamente aparece un nuevo anillo de murallas a las que se accede cruzando la Porte Dolder, torre de 25 metros de altura. Ambas puertas son del siglo XIII.




Una vez se cruzan estas dos puertas, de forma descendente nos topamos con la calle principal ,la calle General de Gaulle en la que se pueden ver numerosos edificios entramados en madera, ventanales, patios interiores, etc













Las numerosas casas tradicionales, las mejores del siglo XVI; las típicas calles, como la de los Judios o la Lateral, espacios como la plaza de las tres iglesias o Dolder, el castillo de los duques de Wurtemberg, etc. hacen de Riquewïhr un lugar con encanto especial.
El conjunto urbano conserva casas de notable sabor, algunas son de los siglos XV y XVI. Muchas de las edificaciones muestran un ornato artístico, pero la mayoría son sencillas y tienen el encanto de la arquitectura rural y tradicional alsaciana.





Se dice que ha conservado su aspecto medieval debido fundamentalmente a su tradición vitivinícola que viene cultivándose desde lejanos tiempos en la campiña que rodea esta pequeña ciudad amurallada. La ciudad tiene fama como productora de vinos, especialmente el Riesling y en el pueblo hay numerosas bodegas y establecimientos de venta de vinos.
Pero es que además, estos franceses cuidan hasta los más mínimos detalles, tales como el sistema de iluminación con cuidados faroles y la cartelería de los comercios que son auténticas obras de arte. Los entendidos dicen que el secreto de la calidad se sus caldos se debe a su excelente su ubicación geográfica, en la solana de los Vosgos, al abrigo de los fríos vientos del oeste.
Y si bonito es el recinto amurallado, no menos espectacular es su entorno rodeado de viñedos. Las vistas desde las colinas cercanas son de lo más agradable.


HUNAWIHR

Este pueblo, quizás debido a su pequeña dimensión y pocos habitantes, no más de 300 se ha incluido en la famosa clasificación francesa.
En la ruta de los vinos hay otros núcleos de población más grandes y más bonitos en cuanto a su estructura urbana. Pero lo que es casi inigualable es su sugerente ubicación, las bonitas vistas que se pueden apreciar de las colinas repletas de viñedos y de su Iglesia fortificada que elevada sobre un otero otorga una de las más bellas y evocadoras estampas de la Ruta de los vinos alsaciana con un fondo montañoso salpicado por las ruinas de varios castillos pertenecientes a la comarca de Ribeauville.
Las agujas del reloj de la Iglesia de Hunawihr no pueden ser más apropiadas.






RIBEAUVILLE
Nuestra última visita del día, nuestra última visita en la Ruta del Vino, nuestra última visita en Alsacia iba a ser el pueblo de Ribeauville, que con 5000 habitantes es el centro administrativo de la comarca ,que forma con Riquewihr y Hunawihr.
De estructura alargada es muy famoso también, como no , por sus excelentes vinos. Su calle principal es la Grand Rue, que transcurre paralela al cauce del río, con numerosos enclaves de encanto, entre ellos el almacén de trigo, antiguo mercado de cereales, la fuente renacentista, la alcaldía o la torre de los Carniceros.







Merece una detención especial en la plaza de la Sinne, llena de encanto y casas tradicionales. La iglesia de San Gregorio el Grande es la más importante de la población en la que destaca el tímpano situado en el portal oeste. Por todo el lugar abundan las casas de construcción tradicional alsaciana, del siglo XVI en adelante.
En la parte alta de la villa se divisa, dominador, el castillo de San Ulrich, mansión palaciega de los siglos XI a XVI. Más elevados aun están otros dos castillos. El ruinoso fuerte de Girsberg, del siglo XII, ubicado sobre un roquedo inexpugnable y el de Alto Ribeupierre, aún más elevado.


La población se quedó semi vacía enseguida porque los Blues, la selección de fútbol francesa , disputaba contra Nigeria el partido de octavos de final del Mundial de Brasil a las seis de la tarde, cerrando tiendas y comercios a una hora, para nosotros los españoles muy temprana.
Pudimos comprar una caja con tres botellas de vinos alsacianos en una tienda de las afueras y nos dispusimos a volver en dirección a Plobsheim, haciendo la mayor parte del trayecto por la Ruta, no dejándonos seducir por el trayecto menos poético pero más rápido de la autopista.
Alsacia nos despedía con algunas bellas estampas típicas alsacianas en estos nuestros últimos kilómetros sobre la ruta del vino.

